Los años que Scamander dedicó a viajar e investigar dieron
lugar a un volumen de importancia sin igual.
Algunos de los animales, como el hipogrifo, el basilisco o
el colacuerno húngaro resultarán ya conocidos a los lectores de los libros de
Harry Potter. Otros, en cambio, sorprenderán hasta al aficionado magizoólogo
más entusiasta.
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