Georgie McCool sabe que su matrimonio está en problemas. Que
ha estado en problemas desde hace mucho tiempo. Ella aún ama a su esposo, Neal,
y él todavía la ama, profundamente,
pero eso no es lo que cuenta ahora.
Tal vez nunca lo fue.
Dos días antes del que se suponía debían ir a visitar a la
familia de Neal en Omaha para Navidad, Georgie le dice a Neal que no puede
hacerlo. Ella es una guionista de televisión, y ha surgido algo en su programa,
por lo que tiene que quedarse en Los Ángeles.
Sabe que Neal se enfadará con
ella —Neal siempre está un poco molesto con Georgie— pero lo que no espera es
que él prepare a los niños y se vaya a casa sin ella.
Cuando su marido y sus hijos parten hacia el aeropuerto,
Georgie se pregunta si finalmente lo ha logrado. Si ha arruinado todo.
Esa noche, Georgie descubre una manera de comunicarse con
Neal en el pasado. No es viajar en el tiempo, no exactamente, pero ella siente
que se le ha dado la oportunidad de arreglar su matrimonio antes de que
comience…
¿Es eso lo que se supone que haga?
¿O Georgie y Neal estarían mejor si su matrimonio nunca
hubiera ocurrido?
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