Victoria y
Kenji comparten un secreto: las cicatrices que recorren sus muñecas. Para ella,
los días transcurren contando calorías y también procurando que su hermana no
la fuerce a comer más de lo que considera suficiente.
Él vive ocultando las
marcas de su pasado bajo tatuajes y trabajando de sol a sol en un bar para
amantes del rock. Los dos están solos, apartados del mundo…
Hasta el momento en
que Kenji descubre a Victoria en los baños del bar donde trabaja rodeada de un
charco de sangre.
Todos piensan que ha intentado suicidarse, pues padece
anorexia, por el hecho de que su novio termina de dejarla, pues en suma parecía
ineludible. Mas absolutamente nadie la comprende realmente… hasta ese momento.
Victoria y Kenji se mueven a la velocidad de la vida y también,
inevitablemente, terminarán encontrándose.
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